Todas nos hemos sentido en algún momento que no somos suficientes. Que no somos suficientemente buenas, bonitas, inteligentes, y la lista sigue, sigue y sigue. Pero la forma en la que nos hablamos tiene poder y puede cambiar nuestra actitud y la manera en la que vemos y enfrentamos la vida.
En la tienda tenemos la fortuna y el privilegio de ver y conectar con personas diferentes todos los días. Me encanta atenderles, compartir tiempo con ellas, ver y aprender de sus gustos, de sus puntos de vista y un poquito de sus vidas.
Pero en esas interacciones humanas he estado viendo un patrón que me preocupa y me entristece.
Y es la forma en como muchas hablamos de nosotras mismas.
Porque no te voy a mentir. Yo misma he caído en esto, aunque estoy trabajando para hacerlo cada vez menos.
Cuando algo me cuesta, cuando no logro lo que me propongo, cuando me siento insegura en algún tema. Muchas veces he dicho frases como…»Qué pendeja eres Greta», «Qué bruta soy», «Nunca voy a ser buena para esto» «Soy una inútil» y más.
Y es que todas nos hemos sentido en algún momento que no somos suficientes. No somos suficientemente buenas, bonitas, inteligentes, y la lista sigue, sigue y sigue.
Aquí en la tienda, ya puntualmente en el aspecto físico, veo como muchas de mis clientes se miran al espejo y son tan duras y críticas con ellas mismas, de una forma tan natural y casual, diciéndose frases tan hirientes y ofensivas que es como si les estuviesen hablando a su peor enemiga.
«Este vestido es lindo pero en mi cuerpo luce horrible», «En mi cuerpo todo se ve feo», «Ya estoy muy vieja y acabada para esto», «Es que con este cuerpo que yo tengo nada se me ve bien», «Eso solamente se le ve lindo a las flaquitas y jovencitas», «No uso nada sin mangas porque tengo los brazos gordos y feos» «Ese color me queda espantoso porque soy demasiado pálida», «Es que yo tengo 0 creatividad para saber qué ponerme» son solamente unas pocas frases de lo que escucho que se dicen al espejo todo el tiempo.
Ajá…te inserto el monólogo de la película de Barbie porque el personaje de Gloria lo dijo mejor que yo….Es muy real y aquí lo veo todos los días.
Está bien que tengas preferencias a la hora de vestirte y que no te guste usar tal o cual color o estilo. Pero las palabras tienen poder y si siempre te llenas de una carga negativa cuando te ves en el espejo, esto no sólo va a afectar tu experiencia de compra, va a afectar tu día, tu autoestima y cómo te percibes a ti misma.
Porque no digo que no te cuestiones o no te empujes a ser mejor. Pero es importante hacerlo con autocompasión, con paciencia y amor, valorando la versión que eres hoy y disfrutando de ella. Tú eres suficiente y mereces cosas maravillosas hoy.
Te invito a hacer estos ejercicios puntuales
El primero es el ejercicio del espejo que ya hemos mencionado otras veces por acá pero te hago el reminder.
Mírate y Admírate en el espejo.
Puedes escoger hacerlo desnuda, en ropa interior o con una pieza de ropa en la que se vea tu cuerpo.
Es un ejercicio corto pero no lo apures. Hazlo para ti. Si quieres prende una velita, pon música y mírate en el espejo con amor, compasión y atención.
Te invito a hacerlo sola, preferiblemente en un espejo de cuerpo entero, pero si no puedes, trabajemos con lo que hay. Puede ser en el baño o en algún lugar en el que puedas tener un espacio en silencio para ti.
Olvida por un segundo todo lo que la sociedad nos ha condicionado a ser, todas las comparaciones.
Cierra los ojos. Respira profundo tres veces. Abre los ojos.
Mírate con calma, con paciencia, con amor.
Mira cada parte de tu rostro y de tu cuerpo y piensa en 5 cosas que TE GUSTAN de ti, puede ser de cualquier parte física. Puede ser la curva de tus hombros, tus pestañas, el brillo de tus ojos, tu sonrisa, tus pantorrillas, etc. Escríbelas en un lugar que puedas leerlas cuando quieras.
(Siempre es más fácil mencionar las cosas que no nos gustan de nuestro físico, pero en este ejercicio quiero invitarte a que te reconozcas y te celebres.)
Además, a la hora de vestirte será un buen punto de inicio buscar piezas que resalten esas partes. Por ejemplo, si una de tus partes favoritas son las piernas, busca tener más shorts, vestidos o faldas cortas que las luzcan.
Practica este ejercicio constantemente. Te prometo que se hará más fácil y que será un catalizador muy poderoso de autocompasión y amor propio.
El segundo es hablarte a ti misma con amabilidad y gratitud.
Ya sea en una meditación o a través de tu journal. Háblate, date las gracias, permítete soltar un poco la carga de tantos prejuicios, expectativas y presiones.
La próxima vez que te vayas a comprar ropa, háblale también ese gremlin interior que te tira hate y que te dice que no eres suficiente. Mándalo a callar y recuérdale que aunque no lo puedes silenciar del todo sí lo puedes mandar al asiento de atrás e ignorarlo.
Hablarte y enfrentarte con compasión puede ayudarte a crear una barrera de protección, porque la autocompasión es una práctica diaria y consciente que nos permite sentirnos suficientes y merecedores de cosas buenas.
Sé amable contigo misma y pregúntate si tú le hablarías a tus amigas de la manera en la que te hablas a ti misma. La forma en la que nos hablamos tiene poder y puede ser el primer paso para enfrentar el mundo de una mejor manera y ser una herramienta para lograr las metas personales y profesionales que nos proponemos.
Aquí te dejo a dos rockstars maravillosas que tocan el tema de la autocompasión
@marianaplataspsy Es una psicoterapeuta panameña que facilita experiencias para mirar hacia adentro.
@neffselfcompassion Kristin Neff ha dedicado gran parte de su carrera a estudiar la autocompasión. Tiene libros muy interesantes del tema como Fierce Self Compassion. Yo los he escuchado en Audible.
XOXO
Greta.