La semana pasada me invitaron a la premiere de una película en la que participé haciendo el vestuario de una de las protagonistas.
Me puse una pieza de las nuevas colecciones de fin de año de la tienda y AMÉ mi outfit.
Como la invitación decía plus one, decidí invitar a alguien y la noche se convirtió en un date.
Cuando terminó la película los dos estábamos muriéndonos de hambre y en lugar de ir al after party, decidimos irnos a comer algo y terminamos en uno de mis bares de cerveza favoritos. Un lugar súper informal al que uno usualmente va en jeans, shorts y zapatillas.
Yo la pasé demasiado bien y me encantó lucir mi outfit de lentejuelas hasta el final de la noche.
Pero me llamó la atención que cuando subí una foto en mis stories de IG, desde el bar, más de una persona me escribió sorprendida de que hubiese llevado un look de lentejuelas al bar y no me hubiese cambiado antes.
Otra persona me escribió diciéndome que mejor hubiese ido a otro lugar para «lucir la pieza»
Y mi pregunta es…¿Realmente para quién debemos vestir? A quién debemos «lucirle» nuestra ropa.
Yo siempre respondo lo mismo.
Me visto para complacer a la del espejo.
Repito mucho esta frase porque usualmente estamos acostumbradas a sacar nuestras mejores galas para los demás, así como muchas veces estamos acostumbradas a vivir para los demás.
Y aunque no tiene nada de malo disfrutar y ejecutar bien nuestros roles de hijas, esposas, amigas, madres, trabajadoras y más, o ponernos guapas para nuestras parejas o para eventos como bodas o cumpleaños, creo que a veces nos olvidamos o ponemos en segundo plano el vivir y vestir para nosotras mismas.
A veces los clósets están llenos de vestidos y outfits colgados, que morimos por estrenar o que no nos atrevemos a usar y así pasan meses, años y siempre decimos frases como
«Pero es que yo ni salgo, cuándo me lo voy a poner»
«¿No estaré demasiado vestida? Me da pena lo que piense la gente»
«Mejor lo guardo para una ocasión especial»
“Me lo pondré cuando me inviten a algo”
Pues yo te invito a que pruebes algo diferente. Crea tú misma la ocasión especial para usar esos outfits.
Ponte ese minivestido espectacular en el que te sientes fabulosa, para tomarte un café o una cerveza, qué importa si los demás van en jeans.
Invítate a cenar a ti misma con un libro y vístete como si fueras a un cita.
Organiza con tus amigas una salida en la que todas luzcan su vestido favorito o sorprende a tu pareja con una cita, en casa o fuera de ella, pero vestida con ese traje cocktail que tienes guardado en tu closet.
Celebra todos los días. Vístete para que cuando te veas al espejo sonrías y te digas…Esto lo hago por mi, para complacerme y para disfrutar del rol y la relación que tengo conmigo misma.
Have Fund With Fashion.
XOXO
Greta.